Piensa en distintas frases en las que suelas utilizar "no puedo" e "intento", por ejemplo

No puedo concentrarme.
No puedo salir.
No puedo correr rápido.
Intentaré dormirme.
Intentaré hablar con mi profesor.

Intenta decir 3 o más frases para cada palabra.

Identifica qué hay detrás de tus afirmaciones de "no puedo" e "intento": cuantos más detalles puedas añadir, más fácil te resultará encontrar una forma positiva de replantear el obstáculo mental. Por ejemplo, una vez que sepas por qué no puedes concentrarte, podrás pensar en formas positivas de ayudarte a ti mismo.

Cambiemos la lista original para encontrar soluciones viables:

No puedo concentrarme porque me distraigo con facilidad.
     
Cuando encuentro un lugar tranquilo o uso tapones para los oídos, me resulta más fácil concentrarme.

No puedo salir porque mis amigos no están disponibles.
     
Voy a disfrutar quedándome en casa y reencontrándome con una vieja afición.

No puedo correr rápido.
     
Cuando corro al máximo, noto que mi velocidad aumenta. Cuanto más practique, más fácil me resultará.

Intento dormirme, pero mis pensamientos suelen impedírmelo.
     
Cuando escucho sonidos de la naturaleza al dormirme, mis pensamientos me calman.

Intento hablar con mi profesora, pero me siento intimidada y siempre está muy ocupada.
     
Enviaré un correo electrónico a mi profesor para concertar una cita.

Revisa y reformula tus frases personales "no puedo" e "intento".